El misterio templario de Peroniel del Campo
Como muchas otras órdenes medievales de caballería, la Orden del Temple jugó un papel fundamental en ese oscuro, dificil periodo histórico, conocido como la Reconquista.
Se ha dicho, escrito y aireado a los cuatro vientos -y parece ser un hecho significativo- que estos belicosos monjes-guerreros sentían una especial predilección por asentarse en lugares que, cientos o miles de años antes, fueron sacralizados por otros pueblos, por otras culturas. En especial, aquellos lugares donde se aprecia una mayor presencia de la denominada cultura megalítica.
Pero, independientemente de este detalle, y tomando siempre como base la gran controversia que generan ciertos lugares relacionados con el Temple, he aquí, en mi opinión, uno que trae de cabeza a los investigadores y que, dicho sea de paso, tiende a suscitar una gran cantidad de opiniones manifiestamente encontradas: la ubicación real del monasterio templario de San Juan de Otero.
De una cosa, al menos, estoy seguro. Y es de que la presencia de la Orden del Temple en la provincia de Soria, fue más importante de lo que la ortodoxia oficial supone o admite. Bien es cierto que la falta de documentación impide, en muchos casos, constatar fidedignamente dicha presencia. Pero, igualmente, no es menos cierto -y esto también es un dato a tener en cuenta- que la tradición oral -tan rica o más que en otras provincias- cuenta con numerosas referencias.
En el caso que nos ocupa, algunos investigadores recurren a una bula fechada en 1181 y atribuida al Papa Alejandro III, en la que aparecen cinco conventos templarios situados en las actuales Comunidades de Castilla y León y Castilla La Mancha. Dichos conventos, son: Santa María de Montalbán, San Benito de Torija, San Salvador de Toro, San Juan de Valladolid y San Juan de Otero.
De los cuatro primeros, parece que se tiene cierta seguridad, hasta el punto de que su localización no parece generar ningún tipo de duda, ubicándose de la siguiente manera:
* Santa María de Montalbán: en la provincia de Toledo, iglesia visigoda de Santa María de Melque, distante, aproximadamente, 3 kilómetros del castillo de Montalbán -plaza fuerte donada a los templarios por el rey Alfonso VII tras la conquista del reino de Toledo- y en cuyas inmediaciones se constata, también, la presencia de una construcción megalítica tipo dolmen.
* San Benito de Torija: su localización en Torija, provincia de Guadalajara, tiende a ser imprecisa, aunque se supone que estuvo situado en las inmediaciones del castillo. Parece ser que éste, en realidad, nunca perteneció a la Orden, aunque existe el dato significativo de que ciertos investigadores creen que el castillo se levanta, en realidad, en el lugar donde estuvo ubicado el convento. Posiblemente, de aquí provenga la confusión con respecto al castillo.
* San Salvador de Toro: iglesia mudéjar del siglo XIII, en la que destacan sus tres naves y sus tres ábsides -recordemos la existencia de estos últimos en construcciones similares, como la controvertida iglesia de la Vera Cruz, en Segovia- bastante modificada en el siglo XVII.
* San Juan de Valladolid: iglesia que, por desgracia, fuer derruída a mediados del siglo XIX.
* San Juan de Otero: he aquí el plato fuerte de la polémica. Tradicionalmente, se ha identificado con la iglesia de San Bartolomé de Ucero, en el Cañón del Río Lobos; incluso se ha sugerido la posibilidad de que su emplazamiento original, estuviera ubicado en las cercanías del castillo que domina el pueblo. Sin embargo, y en buena parte motivado por las peculiaridades del terreno, cada vez son más los investigadores que tienden a situarlo en las inmediaciones de Peroniel del Campo; en concreto, en unas ruinas que se hallan en un cerro denominado de San Juan.
En realidad, toda la zona es un foco caliente en cuanto a presencia templaria se refiere. No olvidemos que, cercana también a la llamada Ruta de los Torreones, no es difícil encontrar sus huellas: Fuensauco y su iglesia fortaleza; Magaña y la parroquial de San Martín;, San Pedro Manrique y el denominado convento templario de San Pedro el Viejo e incluso, probablemente, las ruinas de San Miguel; las ruinas de San Adrián, cercanas al despoblado de Masegoso, Ágreda...e inclusive la cercana Almenar, donde se levanta el Santuario de la Virgen de la Llana, a quien se asocia con una leyenda muy conocida en la que se pueden encontrar curiosos paralelismos con otra leyenda semejante asociada al Temple, de la que hablaremos en una próxima entrada: la leyenda del cautivo de Peroniel.
¿Resulta descabellado suponer, entonces, que realmente estuviera aquí el mencionado convento templario de San Juan de Otero?. En realidad, y teniendo en cuenta que la zona responde a la perfección con el concepto de otero, yo creo que no.
Comentarios
Me gustaría facilitarte la posibilidad de entrar en el interior de la iglesia.Ponte en contacto conmigo.
FELIZ Y MISTERIOSO NUEVO AÑO.
Loli