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Mostrando entradas de 2010

Enigmas templarios de San Pedro Manrique

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S ituada en las Tierras Altas sorianas, al comienzo, podríamos decir, de esa Ruta de las Icnitas, que va aún más allá de localidades como Villar del Río o La Cuesta –en tiempos en este despoblado se conservaba un lienzo con fama de auténtico , del Santo Rostro, misteriosamente desaparecido en la actualidad- se interna en una tierra también mistérica, como es La Rioja, San Pedro Manrique aún mantiene celosamente guardados gran cantidad de enigmas históricos, entre los que no faltan, desde luego, referencias al Temple, como iremos exponiendo a continuación. F amosa, no obstante, por el espectacular Paso del Fuego en la noche de San Juan y la también famosa tradición de las Móndidas –o referencia al tributo de doncellas que los cristianos debían de pagar a los moros, tradición que se repite en numerosos lugares de afinidad templaria, como por ejemplo, Villalcázar de Sirga, donde, junto con las doncellas aparece otro elemento simbólico, como son los toros- nuestro recorrido comienza en l

El Espino: ¿un pueblo de origen templario en la serranía soriana?

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'Este pueblecito se halla actualmente en trance de despoblación. Nos ofrece dos enigmas: el primero es su mismo nombre: El Espino. Nos dice Charpentier que las encomiendas templarias se situaban en Francia muy a menudo en las proximidades que se llamaban, o pasaban a llamarse, la Espina o el Espino. Este símbolo parece tener un origen alquímico aunque su más inmediato antecedente lo tendríamos en las leyendas celtas de Irlanda. La cercanía de las ruinas de San Adrián -de muy posible adscripción templaria- podrían confirmar esta idea. El otro dato interesante es la existencia de una ermita de San Bartolomé. Santo éste perteneciente a la nómina de los santos mistéricos...'. [Antonio Ruiz Vega (1)] R enieblas, Narros, Suellacabras...y a una distancia de apenas cuatro kilómetros, en las postrimerías de un lugar sin duda emblemático y mistérico, como es la Sierra del Madero, un pueblecito a punto de desaparecer: El Espino. Si hemos de creer los datos proporcionados por la wikipedia

¿Hubo templarios en San Martín de Elines?

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H e aquí, aunque simple, una pregunta de difícil respuesta. Si bien en numerosos lugares de la Península, la huella de los fratres milites del Temple, aunque sombría y escasamente documentada, ofrece al menos pistas simbólicas cuando no tradicionales, que aventuran hacia una certeza más o menos fundada de su presencia, el tema se complica, no obstante, de gran manera, cuando se hace referencia a la Cornisa Cantábrica. Es cierto que no debemos pensar en la cruz paté -posiblemente, el tipo de cruz más común de todas las utilizadas por la Orden- como en un tipo de cruz que denote una exclusividad propia y legítima, que permita aseverar, sin ningún género de duda, que tal objeto o tal lugar, les perteneció; es cierto, también, que este tipo de cruz se utilizó igualmente para la consagración de iglesias, antes de la creación e incluso mucho tiempo después de la supresión del Temple, como demuestran, por ejemplo, las cruces de consagración que se encuentran en la ermita de San Miguel de Gor

¿Enterramientos templarios en Santa María la Real?

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A unque la historia de este monasterio palentino de Santa María la Real está documentada a partir del siglo XI, son numerosas las leyendas que, falsas o no en detrimento de los documentos que las contienen -no olvidemos, que el oficio y el beneficio de la falsificación es un Arte y Aparte tan antiguo como el mundo- remontan su origen a ese oscuro siglo VIII, en el que la dominación árabe de la Península constituía ya un hecho consumado. Un siglo en el que, extendiéndose como un reguero de pólvora que lo arrasaba todo a su paso, el choque brutal entre civilizaciones dejó, como señal evidente de toda epopeya épica que se precie, ficciones revestidas de realidad y realidades camufladas con el manto oscuro de la ficción. E sos documentos considerados hoy en día como falsos, cuentan una historia del descubrimiento del lugar que, curiosamente, conllevan en esencia las mismas características que dieron lugar al levantamiento de otro monasterio peculiar: el de Veruela. S i bien en este monaste

Presuntamente implicados: dos enigmas sorianos

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La Calle de Caballeros R esulta difícil, en realidad, no plantearse la pregunta relativa a la identidad de los caballeros a los que está dedicada esta calle. Una calle que, curiosamente, parte desde las inmediaciones del cementerio y de la iglesia de la Virgen del Espino, y llega hasta la Diputación Provincial y la iglesia de San Juan de Rabanera. U na calle que todavía conserva cierta cantidad de escudos nobiliarios, que denotan un cierto rango de abolengo e importancia. Una importancia, por otra parte, que se ve sospechosamente supeditada a las caracteristicas de auténtica Virgen Negra -recordemos que hay otras dos vírgenes del Espino en la provincia, hermanas, según la tradición popular, y que estarían en la catedral de El Burgo de Osma y en la parroquia de Barcebal, un pueblecito situado a escasa distancia- y al propio término del Espino, estrechamente ligado a lugares donde hubo o se sospecha la presencia del Temple. La inscripción Non Nobis del Palacio de los Condes de Gómara Ha

Revisitando el Monasterio de San Polo

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S in duda, uno de los lugares que mayor atractivo ofrece al investigador que pretenda seguir las huellas de la presencia del Temple en la Península Ibérica, es este antiquísimo Monasterio soriano de San Polo, enclavado a orillas del Duero y hoy día, como es sabido, constituido en propiedad particular. A ún con semejante inconveniencia, resulta poco menos que imposible no acercarse hasta ésta emblemática capital castellano-leonesa y no dejarse llevar, siquiera por el impulso de intentar hollar un suelo que aún continúa ofreciendo generosos regalos naturales, como dan testimonio los numerosos árboles frutales que crecen a la sombra de sus huertos. F undado bajo el reinado de Alfonso VIII, el Batallador, el convento templario de San Polo estuvo habitado, aproximadamente, hasta el año 1312, cinco años después de que, siguiendo un plan, larga y fríamente concebido por el monarca francés Felipe el Hermoso y su primer ministro, Nogaret, se procedió a la detención de todos los templarios de Fr

Carrión de los Condes: iglesia de Santiago

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'De la iglesia de Santiago se dice, con razón probable, que fue obra de templarios. Poco queda, aparte la fachada, de su primitiva fábrica románica, pero esa fachada contiene una serie de elementos que la hacen única por el simbolismo representado y el mensaje transmitido'. [Juan García Atienza, 'Segunda Guía de la España Mágica', Ediciones Martínez Roca, S.A., 1982, página 151] +++++++ P osiblemente, desde la fecha en que este infatigable investigador de la España mágica y mistérica publicó la obra de referencia, hasta nuestros días, muchas sean las circunstancias en las que se haya visto envuelto el templo de Santiago, uno de los más emblemáticos de ésta ciudad puntera del Camino de la Vía Láctea, que es, sin duda alguna, Carrión de los Condes. P or fortuna, y en esto, desde luego, coincido con la opinión de Juan García Atienza, ha sobrevivido, en relativo buen estado -detalle ya de por sí portentoso- una portada que bien pudiera considerarse, con todo merecimiento,

Cezura, Palencia: iglesia de Santiago

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O tra iglesia que, aún sin existir un testimonio fiable que lo acredite, sugiere la presencia, en tiempos , de la Orden del Temple: la iglesia de Santiago, en Cezura. Mucho han cambiado los tiempos desde la época de esa posible presencia -que habría que datar, con toda probabilidad, en los siglos XII y XIII- y mucho, también, los estilos que, a modo de reforma, han ido asentándose progresivamente en los cimientos de este peculiar templo, situado a pie mismo de carretera. De hecho, de la portada original no queda rastro; y sí queda, por desgracia, en su lugar, una portada de relleno o circunstancia, de estilo plateresco, que no aporta información alguna y que, por otra parte, desmerece considerablemente el resto del conjunto. D e Cezura, interesa saber que es un pueblecito palentino que, para más referencias, se encuentra situado muy cerca -o mejor dicho, a escasa distancia- de la ermita rupestre de Santa María de Valverde; de manera que, por su situación fronteriza con Cantabria, bien

Matalbaniega: iglesia de San Martín Obispo

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S ituado en tierra de campos, dentro de lo que, razonablemente, se puede considerar cercano al entorno de Aguilar de Campóo, el pueblecito de Matalbaniega sorprende con un soberbio ejemplar de templo románico que, para frustración del investigador, conlleva la sospecha o el sambenito tradicional, según se mire, de ser de templarios . T anto por su aspecto, como por la colina donde se levanta, constantemente batida por el viento, produce, en el observador que voluntaria o casualmente pasa por allí, una sensación, si no de agobio, sí al menos de curiosa inquietud. No tanto por su extraña torre, que da la impresión de estar inacabada o incluso dejada así a propósito, como por la enigmática forma de sus canecillos -inusualmente alargados- portadores, igualmente, de un no menos extraño y monstruoso bestiario simbólico, consigue que, aún maltratada por el tiempo, no deje de procurar respeto y hasta cierto punto, producir un estremecimiento. A lgunos investigadores (1), comparten la suposici

Quién es quién en Villasirga: el enigma de la Virgen Blanca

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[Villalcázar de Sirga: iglesia de Santa María la Blanca] U no de los enigmas más fascinantes de este templo de Villasirga, templario por diseño y nacimiento, no es otro que aquel que se refiere, en realidad, a la identidad de la Virgen Blanca, figura mariana cuyos milagros -múltiples y variados- atrajeron poderosamente la atención de romeros y peregrinos -hasta el punto de conseguir que tanto el templo como la población, formaran parte activa del Camino Jacobeo- constituyendo, a la vez, la base principal de una auténtica joya medieval, que ha llegado hasta nuestros días con el nombre de Cantigas de Santa María . E scritas por el rey Alfonso X en el periodo comprendido entre 1257 y 1283, al menos una docena de ellas (denominadas loor ) hacen cumplida referencia a algunos de los numerosos milagros atribuídos, en particular, a esta figura mariana que, al igual que otras muchas figuras de similar índole, generaron una espectación inusitada entre el pueblo, fomentando cultos que aún perviv

Villalcázar de Sirga: el templo gótico de la Dama Blanca del Temple

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Esto ocurrió en aquel tiempo en que la Virgen comenzó a hacer en Villasirga milagros, por los que sanó a muchos de enfermedades y a muertos resucitó. [Alfonso X: Cantiga 278] E s demasiado pronto para gritar ¡ultreia!, pero aún no han terminado de perderse de vista las últimas casas de Frómista, cuando en el camino aparecen los primeros peregrinos. No todos van a pie, desde luego, pero incluso los que viajan en bicicleta, lo hacen sin prisa. No tanto, me atrevería a pensar, a consecuencia de este sol implacable que golpea con saña la seca meseta palentina en este punto de los denominados Campos Góticos , como por ese envidiable estado de gracia que radica, en mi opinión, en saber exactamente a dónde se va y no tener ninguna prisa por llegar. Con algunos de ellos, he coincidido en Frómista, en esa escala obligatoria del Camino Jacobeo que, tradicionalmente, constituye la iglesia de San Martín, convertida en la actualidad poco menos que en centro temático. No obstante, mi destino ahora,

Cantalejo: ermita de la Virgen del Pinar

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C antalejo, curiosamente, es una de las pocas poblaciones segovianas que no destaca precisamente por su románico, a excepción, por supuesto, de ésta ermita de la Virgen del Pinar, que la tradición popular atribuye de siempre a los templarios quienes, por otra parte, parece ser que trajeron colonos de otras regiones, a medida que se iban conquistando territorios a los moros. S alta a la vista, que la iglesia ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo de diferentes épocas, aunque ha sido en la última, llevada a cabo en el siglo XX, la más desastrosa de todas, cuando, a instancias del clero, se decidió añadir una capa de ladrillos que desvirtúa, en grado sumo, su primitiva sobriedad románica, dándole un aspecto de total desmerecimiento.

Recuerdos del Temple en Toledo

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I ndependientemente de que en la actualidad se esté llevando a cabo una exposición sobre el Temple, en la denominada Posada de la Hermandad -un edificio que, a juzgar por sus características, posiblemente pertenezca a los siglos XVI-XVII- no cabe duda de que, aparte de ser conocida en el mundo entero por la tradicional calidad de sus aceros, la artesanía toledana rinde cumplido tributo a estos pobres soldados de Cristo , héroes o villanos, según se mire, pero protagonistas de mil y una leyendas. M últiples son los negocios tradicionales, posiblemente mantenidos durante generaciones de familias artesanas, que se extendien por las calles que rodean ese histórico casco antiguo, foco de las Tres Culturas, que tantas historias y tantas leyendas ha legado a la posteridad y que, de hecho, contribuyen sobremanera a acrecentar su encanto. Y resulta extraño, cuando no inconcebible, observar un escaparate en el que, dentro de la extensa variedad de guerreros medievales, no destaquen los templ

Restos templarios en Ayerbe: la torre de San Pedro

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H uérfana por completo de nave, y aunque a simple vista no lo parezca, el templo que se levantaba junto a ésta torre románica tenía la categoría de colegiata, es decir, fue una iglesia principal que contaba con un cabildo eclesiástico y en ella las liturgias eran similares a las de las catedrales . Así rezan los carteles indicativos refiriéndose a este resto que, si bien desmebrado sin remedio, fue declarado, no obstante, Monumento Nacional en 1924 y Bien de Interés Cultural en 2003. N o obstante, muchas son las circunstancias que han concurrido para que de ésta iglesia, que ya hemos dicho que tenía la categoría de colegiata, se perdiera irremisiblemente do, esparciéndose sus fragmentos como cenizas al viento. P ero sin duda, y siguiendo idénticas pautas a las seguidas por numerosos monumentos históricos de la Península, la Guerra de la Independencia marcó el principio del fin. Especialmente cuando aquí, en Ayerbe, las tropas francesas contribuyeron a la demolición del edificio, util

Las estelas templarias de Peroniel del Campo

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S ituada en tierras donde, al parecer, y dependiendo de la Encomienda de Novillas, la Orden del Temple tuvo una presencia bastante destacada, numerosos son los enigmas históricos que subyacen aún en las casas y los campos que conforman el entorno de esta pequeña comunidad soriana, distante de la capital apenas una quincena escasa de kilómetros. C abe destacar, en principio, que no son pocos los autores que hipotetizan si en realidad el convento templario de San Juan de Otero estuvo situado realmente aquí, o por el contrario, en Ucero y el entorno del Cañón del Río Lobos, como tradicionalmente se supone. Para ello, y en parte, se basan en unas misteriosas ruinas situadas a las afueras del pueblo, en un cerro conocido como de San Juan, y en las estelas funerarias que, a la postre, constituyen una evidencia física de su presencia en el lugar. E n este último caso, se puede hablar, al menos, de tres de estas estelas perfectamente localizadas, aunque cabe la posibilidad de que un vistazo

Buscando las estelas templarias de San Polo

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S obre el Duero, que pasa lamiendo las carcomidas y obscuras piedras de las murallas de Soria, hay un puente que conduce de la ciudad al antiguo convento de los Templarios, cuyas posesiones se extendían a lo largo de la opuesta margen del río. En la época a que nos referimos, los caballeros de la Orden habían ya abandonado sus históricas fortalezas; pero aún quedaban en pie, restos de los anchos torreones de sus muros; aún se veían, como en parte se ven hoy, cubiertos de hiedra y campanillas blancas, los macizos arcos de su claustro, las prolongadas galerías ojivales de sus patios de armas, en las que suspiraba el viento con un gemido, agitando las altas hierbas... A sí describía Gustavo Adolfo Bécquer, el que habría de ser escenario de otra de sus inmortales leyendas: el monasterio templario de San Polo. La leyenda, por más señas titulada El Rayo de Luna , no alcanza el grado de expectación y terror sobrenatural, pero complementa, y mucho, a la que quizás sea la más conocida y leída p