Templarios en Euskadi: Argandoña, iglesia de Santa Columba


'Vamos a pasar rápidamente por los lugares templarios de Euskadi. Su búsqueda nos alargaría el itinerario y, en su mayor parte, son más recuerdos transformados que realidad inmediata. Así, Arcentales tuvo una iglesia parroquial que perteneció al Temple; en Argandoña se encontraba una iglesia de Santa Columba también templaria...' (1)

No es de extrañar que, al igual que en muchas otras comunidades y provincias de la Península Ibérica, Euskadi cuente así mismo con una génesis fantasma, en cuanto al Temple se refiere, asociada con algunos lugares más o menos representativos de sus provincias. Una tradición que, desgraciadamente, continúa, a falta de documentación histórica que la avale, con la mediática ambigüedad de la tradición. Una tradición que, transmitida de generación en generación al calor de las lumbres de los hogares, ha terminado por ser considerada, en no pocos lugares, como cuentos de viejos. Dimes y diretes de lo que algunos templos, o incluso algunas piedras irreconocibles, pudieron o no ser. Tal sería el caso, en principio, de éste templo de Santa Columba, en Argandoña, y también -ejemplo que veremos en una próxima entrada- de la iglesia de San Cornelio y San Cipriano, de Bellojín, ambas poblaciones alavesas, y ésta última, en particular, con una preocupante falta de habitantes.
Argandoña y su término municipal, se localizan en las proximidades de uno de los Santuarios más conocidos del País Vasco, y por supuesto, dentro también del Camino de Santiago: el de Nª Sª de Estívaliz, una Virgen de probables connotaciones Negras, cuyo culto, probablemente también, constituya una visión, convenientemente cristianizada, de los antiguos cultos a la Gran Diosa Madre, la Andra Mari vasca, que aún conserva su título en algunas ermitas, como en aquélla que se localiza en la población de Ullibarri-Arana, en las cercanías de la Sierra de Urbasa, en la frontera con la provincia de Navarra. La situación del enclave, el tupido bosque que lo circunda y la presencia de algún dolmen -reproducción o no del original o de los originales que en tiempos debieron de conformar el carácter sacro del lugar- así lo sugieren. Como también sugieren algunos de los elementos que conforman el templo, procedencias ajenas, incluídas, es de suponer, aquéllas que se echan a faltar en la iglesia de Santa Columba de Argandoña.
De la primitiva fábrica románica, apenas se puede reconocer el ábside, así como la portada principal de acceso. Y no obstante, en los distintos ornamentos decorativos que conforman los capiteles de uno y otra, pueden apreciarse -aparte de la calidad, detalle interesante para una población aparentemente tan pequeña- la presencia de algunos elementos, significativos cuando no inquietantes. Lo más inquietante de todo, aquéllo que puede inducir a alimentar siquiera un poco más la hipotética pertenencia en tiempos de la iglesia a la Orden del Temple, se reduce, a mi juicio, en la visión de dos imponentes estrellas de seis puntas o Sellos de Salomón, que destacan en uno de los capiteles del ventanal absidal. Símbolo hebráico y presumiblemente ajeno a la ortodoxia cristiana, que curiosamente también se localiza en algunos templos supuestamente templarios, como Santa María de la Oliva, en el concejo de Villaviciosa, en Asturias, o conformando el motivo principal del rosetón de la iglesia de San Felipe, en la alcarreña población de Brihuega.


(1) Juan García Atienza: 'Guía de la España templaria', Editorial Ariel, S.A., 1ª edición, marzo de 1985, página 42.

Comentarios

KALMA ha dicho que…
Hola Juan Carlos! ¡Es preciosa! Una forma nueva de ver Euskadi. Txantxangorri me mandó una guía que es la caña y la voy a usar el año que viene así que eso, no pases rápidamente como Atienza, jaja.
Me encantan las fotos y la música, de mis favoritos, la estrella de 6 puntas en el capitel, nunca he visto estrellas de ese tamaño en un capitel y yo que pensaba que en Euskadi no había apenas románico...
Me gusta que me acerques una tierra húmeda y suave.
Un besote!!
juancar347 ha dicho que…
Hola, bruja. Me alegro que te guste. Esa guía de Txantsangorri debe valer su peso en oro; si puedes, síguela porque seguro que te encontrarás lugares increíbles. Como sabes, rondamos en este último viaje por buena parte de la provincia de Álava. En románico, como todo: espectacular en algunos sitios; incompleto pero de calidad en otros y rural en lo más, pero siempre con mucha tradición detrás. Raro es que en una provincia como ésta, el Temple no hubiera rondado. Aunque como ves, poca o inexistente documentación hay y prácticamente todo se reduce a tradiciones orales, que en muchos sitios denominan 'cuentos de viejos'. Un abrazo
Alkaest ha dicho que…
¡Ay, esos silencios sonoros del Temple!

En estas comarcas, como en Asturias, el Temple es una "fantasmada"... Al menos eso nos han querido hacer creer.
Los documentos están prácticamente desaparecidos, y cuando alguno surge, aunque sea colateralmente, los "académicos" se encargan de desprestigiarlos, no vaya a ser que les lleven la contraria.
Sin embargo, la tradición popular, irreverente y confusa, pero no por ello menos de fiar, afirma que por estas sierras y valles hubo templarios.
¡Incluso hubo "monjas templarias!
Véase la curiosa investigación de R. Alarcón H. en "La Estirpe de Lucifer" pp.269 a 272.

Hay silencios, en el tema del Temple, que ensordecen nuestros oídos...

Salud y fraternidad.
juancar347 ha dicho que…
Dímelo a mí, que de sobra conoces mis proyectos -posiblemente para algunos, 'locuras'- con respecto al Temple y Asturias. Es cierto que la falta de documentación constituye una barrera poco menos que infranqueable; y es cierto, también, como dices, que cuando surje algún documento, siempre se tiene, convenientemente la palabra 'apócrifo' para denodarlo. También, por desgracia, juega en contra el tiempo: aquéllas generaciones que aún mantenían más o menos vigente la memoria, van desapareciendo y las nuevas apenas se preocupan por cuidar y mantener las tradiciones de sus mayores. Pero como decía Sam, en Casablanca, siempre nos quedará París. El París al que me refiero, no es otro que esas señales, esas coincidencias, esos símbolos cuyos silencios esperan impacientes unos ojos que sepan entenderlos; las claves están ahí, aunque muchas hayan desaparecido. Afortunadamente, y tú bien lo sabes, nos queda como un auténtico legado el extenso y extraordinario trabajo del señor Alarcón. Y también sabes que servidor lo tiene muy presente, y aunque lo cita a menudo, procura aprender y no plagiar. Pero ya que lo citas, permíteme que yo lo recomiende. Un abrazo
Alkaest ha dicho que…
Haces bien compadre, haces bien... ¡Los niños buenos no plagian, crean usando su imaginación e inteligencia! Algo que a ti no te falta.

Sobre el Temple en Alava, hay una pista crucial en la "Crónica de la Ilustrísima Milicia y Sagrada Religión de San juan Bautista de Jerusalén", obra de fray Agustín de Funes, publicada en Valencia en 1626.
Allí se recoge un documento del 1537, donde las monjas sanjuanistas declaran que su convento, en Salinas de Añana (Alava), "por tradición en ella y en toda aquella comarca [afirman] haber sido de Templarios, por cuyo fenecimiento se aplicó a la Religión [de San Juan]".
Otros datos hay, pero los reservaré para alguna entrada en "Laberinto Románico" -cuando consiga reparar el blog, provisionalmente en suspenso-.

Salud y fraternidad.
juancar347 ha dicho que…
Pues deseando estoy que le dés a la pluma, más que nada porque como tenga que echar mano de esa publicación (cuya referencia anoto y agradezco) de 1626, lo llevo claro. A la postre, unos datos aquí, otras referencias allá y unos recuerdos tradicionales, vienen a confirmar, lo acepten o no los historiadores ortodoxos, que el Temple tuvo en España una presencia más amplia e importante de lo que generalmente se cree.

Espero esa entrada que, no me cabe duda, será interesante y jugosa.
Un abrazo
Alkaest ha dicho que…
Y digo yo. Más que nada, por polemizar:
¿Quien tiene autoridad moral para otorgar el carnet de "ortodoxo" o "heterodoxo", referido a la investigación?
Yo podría considerarme de uno u otro bando, o de ambos a un tiempo, según las circunstancias lo requieran, pero esas etiquetas no dicen nada sobre mi amplitud mental.
Quizá habría que puntualizar. Los ortodoxos, serían aquellos estudiosos de mentalidad cerrada, que se niegan a arriesgar opiniones o hipótesis atrevidas, que no están sólidamente documentadas. En parte por temor a resultar desacreditados, y expulsados de su cerrado círculo académico. Y los heterodoxos, serían los que no tienen miedo de equivocarse, los que pasan del descrédito de los colegas, aventurando posibilidades sin tener la seguridad de que puedan probarse algún día.
Esto es como aquello del pesimista y el optimista:
"Puede que el pesimista acabe teniendo razón, pero mientras tanto lo pasa mejor el optimista".

Salud y fraternidad.
juancar347 ha dicho que…
Touchez!. Pero aún así, prefiero equivocarme, aunque no tenga la seguridad de que las posibilidades que aventuro puedan probarse algún día, que dejarme llevar por el miedo a perder la placentera comodidad en la que conservar un estado determinado, que en el fondo, tanto unos como otros, sabemos compuesto, también, por medias verdades...En definitiva, y también por polemizar, se me puede aplicar aquello de ...buena soy yo para hablar, le dijo la sartén al cazo...
Alkaest ha dicho que…
Pues entonces, seamos "sartenes", y a mucha honra.
Después, cuando llegue la Parca con "las rebajas", que nos quiten lo bailao.

Salud y fraternidad.
juancar347 ha dicho que…
Sea. Suum cuique...

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